La Universidad de La Romana (UNIROMANA), en colaboración con la Universidad Central de Venezuela (UCV), llevó a cabo una jornada académica de reflexión sobre «El Desafío de la Ética en la Inteligencia Artificial». La actividad contó con la participación del profesor venezolano, Robinson Rivas, experto en bioética, relaciones internacionales y pensamiento filosófico, quien compartió una profunda mirada sobre los dilemas morales que acompañan al desarrollo tecnológico contemporáneo.
Durante su intervención, el profesor Rivas citó al sociólogo francés Jean-François Revel, quien en 1988 señaló que la información sería el eje central de la civilización del siglo XXI. A partir de esta idea, Rivas planteó una interrogante clave para los asistentes: ¿el acceso masivo al conocimiento nos ha hecho una humanidad más sabia y justa? En su análisis, destacó que, aunque el conocimiento ha impulsado avances significativos en áreas como la educación, la salud y la comunicación, no siempre se traduce en una mejora moral o social. Subrayó que la integración de la ética en el desarrollo científico y tecnológico es esencial para lograr una verdadera evolución humana.
El profesor también exploró el concepto de ética y virtud, evocando a pensadores clásicos como Sócrates y Séneca, quienes defendían la virtud como fundamento del conocimiento y la convivencia. En este sentido, Rivas afirmó que la ética no es un conjunto de normas absolutas, sino un sistema de comportamientos que evoluciona con el tiempo, adaptándose a los cambios sociales. Asimismo, destacó la complejidad de dotar a la Inteligencia Artificial de «valores» en un mundo donde los humanos no comparten una ética universal, lo que limita la capacidad de las máquinas para tomar decisiones en temas morales o sociales.
A lo largo de su exposición, el académico abordó los desafíos contemporáneos de la IA, comparándolos con relatos clásicos como el Golem, Frankenstein o Skynet, que simbolizan el temor a que la tecnología avance más rápido de lo que la sociedad puede comprender o controlar. También presentó ejemplos de cómo los sesgos en los algoritmos pueden generar resultados distorsionados, evidenciando la necesidad de datos inclusivos y representativos para evitar desigualdades.
Finalmente, Rivas destacó los cuatro pilares propuestos por la Unión Europea para el desarrollo ético de la Inteligencia Artificial: el derecho a no ser discriminado, la protección de la seguridad y la privacidad, la transparencia en el uso de algoritmos y la responsabilidad de los desarrolladores ante los impactos sociales.
Con esta jornada, UNIROMANA reafirma su compromiso con la formación integral de sus estudiantes y la promoción de un pensamiento crítico frente a los retos de la era digital. La universidad continúa generando espacios académicos que invitan a reflexionar sobre el impacto de la tecnología en la sociedad, fortaleciendo su misión de formar profesionales éticos, innovadores y socialmente responsables.
